Conocimiento de Si Mismo (70) Capítulo XXII: Samadhi. La técnica esencial de la Yoga - 2
Pero podemos considerar una ilustración científica que tal vez nos dará una idea más clara que la que puede dar un comentario largo. Supongamos que tenemos un tanque de vidrio lleno de agua clara. Suspendida en el agua hay una bombilla eléctrica encendida, de 1.000 w, y en el lado opuesto a nosotros está una pequeña turbina operada por un motor, que puede batir el agua a diferentes velocidades. Mientras el agua esté perfectamente quieta veremos claramente la bombilla encendida, y el agua no será visible. Prendemos el motor y dejamos que el agua sea agitada con creciente velocidad. ¿Qué ocurre ahora? En el momento en que el agua empieza a agitarse ya no vemos la bombilla como realmente es, sino distorsionada. Cuando más crece la agitación, más distorsionada aparece la bombilla. Y al mismo tiempo, el agua que era invisible empieza a absorber la luz de la bombilla y a hacerse más y más visible. Al aumentar más la agitación, empiezan a aparecer en el agua figuras que se forman y se disuelven en rápida sucesión. La visibilidad de estas figuras temporales se debe a que han asimilado algo de la luz de la bombilla, Brillan no porque tengan luz propia sino porque la bombilla les presta la suya. Si la velocidad del motor se aumenta todavía más y la agitación alcanza cierto grado, las figuras se hacen tan numerosas y densas que borran completamente de la vista la bombilla. Ya no vemos nada de la bombilla. Sólo vemos las figuras en el agua, que brillan con la luz de la bombilla.
Ahora reversemos el proceso y dejemos que la velocidad del motor disminuya y la agitación en el agua ceda lentamente. Las figuras se hacen menos densas, y gradualmente la bombilla vuelve a hacerse visible aunque todavía en una forma distorsionada. Al parar el motor, la agitación del agua disminuye, y la bombilla se hace más visible. Cuando el agua está otra vez completamente quieta, la bombilla se ve sin ninguna distorsión, las figuras desaparecen y el agua vuelve a ser invisible. La totalidad del proceso se ha revertido y estamos otra vez en la condición original.
Podemos ver de inmediato la maravillosa similaridad de este fenómeno con el proceso del obscurecimiento de la Realidad producido por las agitaciones y distorsiones que ocurren en nuestras mentes. Y podemos columbrar el método por el cual se puede eliminar este obscurecimiento para volver a ser consciente de la Realidad que existe dentro de nosotros. Pero quizá es necesario poner de presente ante el lector ciertos puntos para aclarar más esto.
El primer punto es que lo que obscurece la Realidad y nos oculta nuestra verdadera naturaleza divina, son las agitaciones y distorsiones y modificaciones de la mente, llamadas Citta-Vríttis. Si las suspendemos de alguna manera hasta dejar la mente quieta, pura y sin modificaciones, la mente se vuelve como si dijéramos transparente, y entonces nos damos cuenta de la Realidad que ha estado brillando en el centro de nuestra conciencia. En Yoga, las agitaciones y modificaciones de la mente se detienen progresivamente, paso a paso, hasta que la mente queda como el agua clara y quieta del tanque. La mente está presente, pero imperceptible. Este es el estado de Realización-Directa.
Pero debemos entender que aunque parece bastante simple el proceso de inhibir las agitaciones y el obscurecimiento de la mente hasta darse cuenta de la Realidad subyacente, no lo es en la práctica, debido a las fuertes tendencias formadas, al impulso del pasado, a las impresiones Kármicas, y a la lentitud en las transformaciones que hay que hacer en los vehículos. De ahí que sea necesario un largo período de disciplina y práctica de técnicas Yóguicas, y que el objetivo no se pueda alcanzar con los métodos fáciles y súper-simples que algunos recomiendan. Los resultados de la disciplina Yoga son seguros, pero debemos estar listos a hacer los esfuerzos y sacrificios necesarios.
El segundo punto es que la mente resplandece con la luz de la Realidad, pues carece de luz propia. La Realidad es como el Sol, y la mente es como la Luna. Lo que le imparte a la mente esa sensación de realidad que nos produce, es la luz que absorbe de la Realidad que está oculta en la mente. Nuestro mundo mental, este mundo en que vivimos, sería un mundo muerto si no estuviera detrás de él la luz de la Realidad que lo ilumina y lo energiza.
Recordemos bien, sin embargo, que solamente en el campo de la manifestación es donde la Mónada queda asimilada por la mente y obscurecida por sus modificaciones. En su propio plano, la Mónada siempre es consciente de sí misma, tal como la luz de la bombilla permanece brillando siempre aunque parcialmente se obscurece cuando el agua se agita y no podemos ver la bombilla.
Explicado así el proceso general por el cual la Realidad oculta en nuestra mente se vela y se revela, procederemos ahora a discutir la técnica específica que se emplea en Yoga para develar la Realidad. Esta técnica se llama Samadhi y es el corazón y esencia misma de la Yoga. Todas las otras prácticas Yóguicas son preliminares y preparatorias y auxiliares para la de Samadhi.
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