"Curso Introductorio a la Teosofía" (34) Tema 4: El Átomo Simiente.
Se nos dice que el propósito de la vida física del ser humano no es la felicidad sino el aprendizaje. El Ego, rodeado de varios campos de energía a los cuales llamamos “cuerpos”, va ganando experiencia a través de la continua interacción con sus semejantes en diferentes ambientes y condiciones en las cuales va siendo colocado a través del proceso de la reencarnación. Gracias a tales experiencias va aprendiendo de manera gradual y a veces dolorosa todas las lecciones que la escuela de la vida planetaria ofrece. Naturalmente, para ello se hacen necesarias muchas vidas, porque el perfeccionamiento de un Ego espiritual es algo en extremo difícil. Este postulado, sensato y razonable, da origen a una pregunta perfectamente válida: ¿Cómo consigue el Ego retener la memoria de tales lecciones y de lo aprendido a través de ellas si consideramos que en cada nueva encarnación recibe un nuevo conjunto de cuerpos y un cerebro que no puede recordar lo que no ha grabado porque ta