Conocimiento de Si Mismo (59) Capítulo XX: Naturaleza de la Devoción

Existe un librito de Narada titulado Los Bhakti-sutras, que contiene 84 sutras o aforismos sobre diferentes aspectos de Bhakti o devoción. Si bien no trata el tema sistemáticamente y desde el punto de mira más profundo, arroja luz sobre muchos aspectos de la devoción y es considerado como un buen texto sobre Bhakti Yoga. En este capítulo y el siguiente consideraremos unos pocos sutras de dicho libro que tratan de la naturaleza de la devoción y los medios de desarrollarla, a fin de obtener una idea general sobre la filosofía y la técnica de la Bhakti Yoga. (Los números entre paréntesis al final de cada aforismo indican el orden en que aparecen en el libro de Narada).

1) La naturaleza del amor hacia Dios no puede describirse. (51).

2) Como el sabor que siente un mudo. (52).

Generalmente se piensa que estos dos sutras quieren decir que la naturaleza de la experiencia que uno tiene cuando está en un estado de intenso amor hacia Dios, o éxtasis, no puede expresarse en palabras. Claro que eso es así, pero no es sino el significado superficial, porque la naturaleza de cualquier clase de experiencia que tengamos no puede describírsele en palabras a quien no haya tenido una experiencia similar. Sólo podemos describirnos unos a otros las experiencias similares por las que todos hemos pasado.

¿Cuál es, entonces, el significado verdadero? Veamos, Durante el curso de nuestra evolución entramos en contacto con personas diferentes en diversas relaciones, una y otras vez; y por esos contactos repetidos desarrollamos diferentes clases de afectos, tales como el de una madre por su hijo, el de una hija por su padre, el de un marido por su esposa, el de un amigo hacia Otro. Al crecer emocionalmente, se hacen más numerosos los tipos de afectos que sentimos, y aumenta pari passu la intensidad del amor que somos capaces de sentir. La escala de nuestro amor se hace más amplia y brillante a medida que crecemos.

Pero ¿de dónde se deriva esa escala? De Aquello de donde se deriva todo, toda facultad, todo poder. Esta escala del amor que contiene todos los tipos de amores diferenciados, se deriva de la luz blanca del Amor Divino, por un proceso de diferenciación, como ocurre con todo lo demás. Esta diferenciación nos ayuda a desarrollar nuestra naturaleza emocional, porque es más fácil responder a un tipo particular de amor, y desarrollarlos uno a uno, tal como la diferenciación de la mente en cinco sensaciones nos ayuda a desarrollarla más fácilmente. Pero la luz blanca no es lo mismo que los colores, aunque el espectro de colores esté completo. Un individuo que ha vivido solamente en el campo de manifestación de los colores no puede tener una idea completa de la luz blanca de la Realidad, a menos que haya trascendido la manifestación y emergido dentro de la Luz de la Realidad.

Similarmente, uno que haya experimentado todos los tipos de amor que se encuentran en las relaciones humanas no puede tener una idea completa del Amor Divino, a menos que haya experimentado ese Amor Divino.

De modo que aunque conocemos el amor en sus diversas formas diferenciadas, no conocemos el Amor Divino. Y el que tiene experiencia del Amor Divino no puede describir o comunicar a otro la naturaleza de este Amor. Sólo podemos tener una especie de vaga idea cualitativa de ese Amor por las formas de amor más intensas y puras de que seamos capaces y hayamos sentido. Pero para conocer el Amor Divino debemos experimentarlo, desarrollarlo en nuestro propio corazón.

3) Tiene forma de intenso amor a Dios. (2)

4) Toma la forma de la más alta Paz y Ananda. (60)

5) Su naturaleza más íntima es Amrita, néctar. (3)

El primero de estos aforismos describe simplemente la naturaleza general de la devoción.

Claro que al principio es inevitable que este amor se parezca a cualquiera de los diferentes tipos de amor que conocemos y somos capaces de sentir. Es por eso que en India se le permite a un devoto adoptar cualquier clase de actitud hacia Dios y que trate de desarrollar la correspondiente clase de amor hasta un grado intenso. Puede considerar a Dios como amigo, como Maestro, como Padre o Madre, o como Amado. En realidad no importa en las primeras etapas la índole de la actitud. Lo que importa es la intensidad del amor. Pues en este campo, como en cualquiera otro de empeño espiritual, todo depende de la intensidad o potencia.

La fusión de la conciencia del devoto con la Conciencia de su Amado, que tiene lugar en un éxtasis, puede compararse con la descarga de un rayo sobre la tierra en una tempestad. Pero esta fusión de las cargas positiva y negativa en la nube y en la tierra, depende de la tremenda diferencia de voltaje que debe haberse desarrollado previamente para que venza la resistencia del aire. En forma similar, solamente cuando el amor entre el devoto y Dios alcanza un intenso grado tiene lugar la fusión parcial de conciencia y el devoto percibe el semblante del Amor Divino. Gracias a esta realización su amor se eleva a un nivel aún más alto, y él experimenta la gloria que corresponde a ese nivel. Esto se repite una y otra vez y él experimenta formas más y más intensas de amor y los correspondientes niveles más finos y sutiles de gloria.

Estos éxtasis en que el devoto se eleva a niveles más altos de conciencia y amor, corresponden a los diferentes niveles de Samadhi en Raja Yoga. Las etapas finales de estas experiencias son bastante diferentes del amor emocional que se siente en las primeras etapas, por muy intenso que éste sea. Aunque el amor es intenso y omniabarcante, fluye por un canal muy hondo, y así hay perfecta paz y serenidad y equilibrio, sin ningún alboroto ni disturbio como en las primeras etapas.

El enlace al libro, por si prefieres leerlo a tu ritmo:





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