Conocimiento de Si Mismo (57) Capítulo XIX: Conocimiento, Sabiduría Y Realización

Hemos estudiado ya la constitución total de la Mónada. Hemos visto que ella se expresa en los planos espirituales como la Individualidad inmortal, y en los planos inferiores como la personalidad temporal. Puesto que la personalidad no es sino una expresión temporal para adquirir experiencias y desenvolver las facultades mentales y espirituales de la Individualidad, y desaparece completamente al final de cada encarnación luego de transferirle a la Individualidad la esencia de su vida, no puede decirse que la personalidad evoluciona sino que se torna más rica, compleja y eficiente como instrumento temporal de la Individualidad; y nada más. La Individualidad es lo que perdura de vida en vida y evoluciona gradualmente desarrollando sus facultades mentales y espirituales y sirve como vehículo permanente de la Mónada.

Sabemos que la Individualidad se expresa por medio de tres principios que se conocen como Atma-Buddhi-Manas, y que estos tres principios se expresan predominantemente en los planos Atmicos, Búddhico y Manásico superior respectivamente. El desarrollo de estos tres principios por medio de sus respectivos vehículos, es lo que realmente constituye la evolución humana, y es lo que realmente debe interesarle al aspirante. La evolución de los tres vehículos de la personalidad, simplemente coadyuva a la evolución superior. Al menos en esta tarea del Descubrimiento-Directo, lo que nos interesa principalmente son los tres principios y vehículos superiores aunque naturalmente no podemos olvidarnos de los inferiores.

Un punto importante que recordar acerca de los tres principios y vehículos superiores, es que su desenvolvimiento procede generalmente de abajo a arriba: Manas superior, Buddhi y Atma. Otro factor en este orden de evolución es el rayo o tipo fundamental del individuo; pero puede decirse en general que primero se desenvuelve el Manas superior luego Buddhi y por último Atma. En cuanto sea posible, ese es el orden que debiéramos seguir.

Sería conveniente comenzar estudiando conceptos teóricos respecto a la naturaleza de la Realidad y sus manifestaciones, así como los métodos que se adoptan para descubrir esta Realidad dentro de nosotros. El esfuerzo por captar y comprender estos conceptos filosóficos acerca de las realidades ocultas de la vida, pondrá en actividad el Manas superior y lo desarrollará.

La etapa siguiente sería tratar de convertir en actos los ideales de vida espiritual basados en tales conceptos, y así transmutar el conocimiento intelectual en Sabiduría. Al mismo tiempo deberíamos tratar de desarrollar devoción o amor como parte integral de nuestro carácterporque éste es el método más potente para desenvolver Buddhi y adquirir verdadera Sabiduría. Este segundo paso es muy necesario en un proceso sistemático y eficaz para el Descubrimiento-Directo.

Hay varias razones para que este desarrollo de Buddhi por medio de la devoción y la Renovación de Sí Mismo deba cumplirse en suficiente medida antes de pasar a la tercera, etapa en la que se descorren uno a uno los velos de ilusión que ocultan la Realidad y se descubren directamente las verdades de la vida superior hasta culminar en la Realización- Directa.

La primera de estas razones es que desde el principio mismo tenemos que encontrar esa Luz que puede guiamos en el Sendero, sin falla, a salvo y hasta el final mismo. Esa Luz no puede venirnos sino de nuestro Buddhi.

La segunda razón es que tenemos que llegar a ser Auto suficientes e independientes de fuentes externas de felicidad. Y solamente el amor o devoción a Dios puede darnos esta Auto-suficiencia. El despojarse de la personalidad crea un vacío interno en este vuelo del solitario al Solitario, y esto es difícil soportarlo si no está viva dentro de nosotros esa fuente interna de gozo. Muchos aspirantes recaen en la vida mundanal por ausencia de apoyos internos que los sostengan en las etapas intermedias.

La tercera razón es que sólo la Sabiduría puede darnos todas aquellas cualidades que se necesitan para hollar a salvo y con firmeza el Sendero, a saber: perspectiva correcta, madurez de juicio y actitud, y superación de las tendencias bajas que arrastran a la persona y a veces destrozan su vida cuando pretende entrar a estos campos nuevos de experiencia, de conocimiento y poder.

La Sabiduría es por tanto un sine qua non y debe desarrollarse lo más completamente posible en la segunda etapa.

Esta Sabiduría, en suficiente medida, no sólo es necesaria, sino que el poseerla marca una etapa bastante avanzada hacia el Descubrimiento-Directo, Primero, porque para obtenerla se requiere un esfuerzo intenso y prolongado, y esto es quizás lo más que un aspirante puede esperar obtener en una vida. Segundo, porque los frutos de la Sabiduría no son despreciables.

Desafortunadamente, nuestras ideas acerca de la Sabiduría no son muy correctas y están teñidas por conceptos populares. Generalmente se piensa que no es sino una cierta madurez de juicio y capacidad para ordenar la vida, que se obtiene a través de largas y diversas experiencias. Pero la Sabiduría como se la entiende en Ocultismo es algo muy diferente. Es un estado que se alcanza cuando la mente está completamente irradiada por la luz de la facultad espiritual de Buddhi.

Nadie puede comprender esa paz que sobrepasa a la comprensión; esa perspicacia que penetra a través de los engaños de la vida; ese conocimiento infalible que empieza á fluir a nuestra mente desde adentro; esa tierna simpatía hacia toda vida; esa exquisita sensación de unidad con otros seres humanos; esa fuente de gozo que canta dentro de uno sin motivo u ocasión; esa seguridad que se experimenta al sentir que vivimos, nos movemos y existimos en Dios; esa certeza que viene al percibir siquiera vagamente que Dios está poderosa y dulcemente ordenando todas las cosas; esa armonía al convivir con otros aun cuando externamente nos opongamos a ellos; nadie puede entender estas cosas mientras no haya experimentado la iluminación de la mente por la luz de Buddhi. Y estas no son pequeñas recompensas a los esfuerzos y sacrificios que se nos exigen para desarrollar Sabiduría; son en verdad tan satisfactorias, que muchos aspirantes se contentarían con quedarse en esa etapa y no hacer esfuerzos por avanzar más allá, pues se sienten suficientemente cerca de su ideal de vida espiritual iluminada. Más esta no es la meta, sino apenas una etapa en nuestra jornada, el cimiento sobre el cual levantar la superestructura de una vida espiritual iluminada. Pues la meta de la evolución humana es la Liberación y Realización-Directa.

El enlace al libro, por si prefieres leerlo a tu ritmo:







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