CSM (20) Cap. VII: Control, Purificación y Educación de las emociones. (3)

La investigación Oculta ha mostrado también que cuando el cuerpo emocional empieza a vibrar a cierta tasa específica, debido a la presencia de determinada emoción, la violenta agitación que se produce tiene el efecto de lanzar fuera algún material que no está en consonancia con la vibración, y además tomar de la atmósfera emocional circundante cierta cantidad de material que sí puede vibrar a la misma tasa. Como resultado de esto, cada vibración causada en el cuerpo emocional por una emoción, aumenta la proporción de los componentes que puedan vibrar a esa tasa particular, y disminuye correspondientemente la proporción de otros componentes que no pueden vibrar a esa misma tasa. De este modo la propensión a experimentar cierta emoción crece a medida que dejamos que esa emoción se exprese repetidamente en nuestro cuerpo emocional. Y en cambio, cuanto menos ocasión le damos a una clase particular de emoción para expresarse por medio de nuestro cuerpo, más débil será la respuesta a esa vibración ante un impacto externo o interno.


De esto se deduce que la constitución y la capacidad vibratoria del cuerpo emocional se modifican por cada deseo emoción que encuentra expresión por medio de ese cuerpo. No existe la más ligera emoción o deseo que no altere en cierta medida la tendencia del cuerpo emocional a volver a vibrar de una manera similar. Por tanto, si constantemente hacemos que se expresen emociones elevadas y deseos nobles, el cuerpo emocional se refinará progresivamente y se capacitará para reproducir vibraciones más finas; en cambio, los deseos y emociones de tipo bajo lo harán más y más tosco y dificultarán la expresión de emociones elevadas.

La recta comprensión de estas leyes, y su aplicación a nuestra vida, constituyen la base de los métodos para purificar y educar las emociones. Veamos primero la cuestión específica de purificarlo. Cuando estudiamos la purificación del cuerpo físico señalamos que purificar cualquier cuerpo significa esencialmente introducir en ese cuerpo aquellos constituyentes que armonizan con el Yo Superior y lo ayudan a expresarse, y eliminar aquellos constituyentes que están en desarmonía y que por tanto estorban la expresión de ese Yo Superior. Pues bien; las energías más sutiles, que tienen su origen en la parte espiritual de nuestra naturaleza, sólo pueden expresarse en el plano emocional si predominan en este cuerpo aquellos constituyentes que puede responder a las vibraciones más sutiles.

Cuanto más refinado esté el cuerpo emocional, más se le facilitará vibrar en respuesta a los impactos de la conciencia Superior, y menos responderá a las vibraciones toscas de la vida mundana ordinaria.

Este refinamiento o purificación del cuerpo emocional se logra, como ya dijimos, por el ejercicio de un control estricto sobre nuestras emociones y deseos, que sólo permita que se expresen aquellas emociones y deseos que estén en armonía con nuestros ideales espirituales. Cuanto más desarrollamos el amor, la reverencia, simpatía, devoción, la compasión y el deseo de servir a nuestros prójimos y a los grandes Maestros de Sabiduría, más fino y puro se volverá nuestro cuerpo emocional. Entonces, el más leve impulso proveniente de nuestro Ser Superior pondrá todo el cuerpo a vibrar armoniosa y delicadamente, y los impulsos violentos o pesados de los planos inferiores no lo afectarán en lo más mínimo. El solo pensar en el Ishta-Devata (el objeto de devoción), causará en el corazón del devoto un afloramiento del amor más profundo y exquisito. Si ha desarrollado en alto grado la simpatía, la sola visión del sufrimiento ajeno atraerá inmediatamente una respuesta de profunda compasión y deseo de aliviar al doliente. Cuando se alcance esta etapa, el cuerpo emocional se habrá convertido realmente en un instrumento idóneo y eficiente del alma, un instrumento vibrante, sensitivo y refinado, capaz de reflejar fielmente la conciencia Superior.

Con respecto al desarrollo de las emociones superiores es necesario recordar que para que se inicie una vibración en el cuerpo emocional se requiere algún tipo de estímulo. Nuestra naturaleza emocional se asemeja algo a un arpa en que sólo cuando tocamos cierta cuerda se produce cierta nota. El secreto para poder despertar una emoción particular que deseamos, consiste en ser capaces de tocar las cuerdas correctas de nuestro instrumento emocional. Las emociones de clase inferior se despiertan fácilmente por estímulos procedentes del mundo externo, porque el cuerpo emocional está acostumbrado a responder a tales estímulos; pero para despertar las emociones de clase superior el estudiante tendrá que penetrar en las regiones internas de su ser para obtener los estímulos necesarios.

Pensamientos de índole elevada proveerán a veces tales estímulos; otras veces la oración sincera ayudará a liberar aquellas energías del alma que encuentran expresión en emociones bellas. De todos modos, esta es una tarea difícil, y sólo con paciencia y persistencia podemos construir una naturaleza emocional bella y refinada. En esta ardua tarea, el estudiante de la Renovación Propia será muy ayudado por la práctica regular de la meditación. Esta abre gradualmente el canal entre el cuerpo emocional y el vehículo Intuicional, y permite que desciendan aquellas energías cuya influencia sobre el cuerpo emocional despiertan las emociones exaltadas y nobles que siempre asociamos con el desarrollo espiritual.

Hemos de recordar que las emociones más bellas son expresiones de la conciencia Superior en los planos inferiores, y representan una etapa en nuestra evolución. Se vuelven innecesarias y cada vez menos prominentes, cuando se han desarrollado las contrapartes más altas. Así por ejemplo, cuando se ha desarrollado suficientemente la devoción superior (para-bhakti), el devoto se vuelve tranquilo, sereno y completo, y entonces no muestra las emociones violentas, contradictorias y constantemente cambiantes del amor apasionado, de la apatía, de la infelicidad, miseria, etc., que caracterizan las etapas inferiores de devoción.

Por lo general, los santos, sabios y Adeptos no muestran externamente las emociones de compasión, amor, etc. Esto no quiere decir que se han vuelto indiferentes o duros. Ellos son directamente conscientes de la Unidad de la vida y su unidad con esa Vida, y su respuesta a esa Vida o a su expresión en los planos inferiores tiene lugar, por tanto, en un plano mucho más alto, muy por encima del plano emocional.

Puede verse, pues, que el desarrollo de las emociones más finas no es tanto cuestión de construir o crear algo, como de dejar que el esplendor interno irrumpa a través de nuestras mentes. Es en realidad cuestión de purificar la mente, desenvolver nuestra índole espiritual y abrir el pasaje entre lo inferior y lo superior de nuestra naturaleza. Por ejemplo, cuando se ha desarrollado en alto grado la devoción al propio Ishta-devata, y el cuerpo emocional está inundado de un amor que desciende del plano Búddhico, (Intuicional), quedan lavadas, como si dijéramos, todas las impurezas de nuestra naturaleza inferior, y se eliminan rápidamente las emociones de tipo más tosco. Semejante irrupción de intenso amor logra más en la purificación de la mente y en la apertura del canal entre los planos Búddhico y emocional, que largos meses de meditación corriente y de disciplina mental.

El secreto de la Renovación de Sí Mismo para el desenvolvimiento de nuestra naturaleza espiritual, consiste en purificar la mente, en suprimir la corriente mental que oscurece nuestra naturaleza divina, en subordinar el yo inferior al superior, y finalmente, liquidar el yo inferior.


El enlace al libro, por si prefieres leerlo a tu ritmo:







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