"Curso Introductorio a la Teosofía" Tema 7: La Doctrina de los Ciclos - 2

Fue en los comienzos de la Tercera Raza Raíz, llamada Lemuriana, que aparecieron los primeros esbozos de cuerpos humanos densospero no fue sino hasta bastante tiempo después, cerca de 18 millones de años atrás, que la separación de los sexos tuvo lugar, como también el desarrollo de cuerpos similares a los que utilizamos ahora. Originalmente, tales cuerpos eran bastante primitivos, pero de ninguna manera deben confundirse con los de los antropoides que la teoría Darwiniana ve como ancestros del ser humano. De acuerdo con la Doctrina Secreta, el famoso “eslabón perdido” entre los reinos humano y animal no existe, aunque el caso sea que los primeros cuerpos humanos densos hayan tenido un aspecto simiesco.

La tarea evolutiva o aspecto a desarrollar por esta raza fue el de la emoción. Al comienzo, la raza vivió una experiencia dictada por el impulso, con una mente incipiente, no desarrollada; pero a medida que sus sub-razas se fueron sucediendo, su facultad de pensar fue tornándose más y más activa, anunciando su definitivo despertar para el período siguiente.

El desarrollo de la mente analítica y el refinamiento del lenguaje vinieron a tener lugar en la Cuarta Raza Raíz, en Teosofía denominada Raza Atlante. Esta raza predominó durante el período plioceno, remontándose hasta el pleistoceno incluso, cerca de uno a cuatro millones de años atrás, sus últimas épocas teniendo lugar en un gran continente ahora sumergido en el Océano Atlántico cuyas islas se terminaron de hundir hace poco más de 9.564 antes de la era cristiana, llamado “Atlántida”. De ahí el nombre dado a este océano.

Los atlantes desarrollaron una civilización en extremo materialista cuyos logros científicos se dice sobrepasan todo lo conocido por la ciencia actual. Entre los aspectos notables de su cultura se cuentan un considerable interés por la magia y la creación de artefactos de gran sofisticación y belleza. Desafortunadamente, existen indicaciones de que ciertas tendencias malignas empezaron a desarrollarse sin control, a punto tal que la situación llegó a ser considerada como un peligro para la normal prosecución del Plan Cósmico. Vinieron entonces una serie de cataclismos. El continente atlante sufrió una serie de violentas convulsiones comenzando a sumergirse, creando gigantescos maremotos y una inundación que dejó en las mentes de los sobrevivientes la idea – posteriormente transformada en tradición – de un diluvio universal.

Millones perecieron, pero otros millones lograron sobrevivir para encontrar abrigo en otras regiones. Los egos que pasaron por tal experiencia eventualmente conformaron la Quinta Raza Raíz, la Aria, cuyos comienzos la Teosofía indica tuvieron lugar cerca de un millón de años atrás en Asia Central, y cuya civilización predomina ahora en el planeta.

La Quinta Raza Raíz está, desafortunadamente, aún influenciada por mucho de la consciencia atlante. La actitud materialista que la ha caracterizado durante largo tiempo no se diferencia considerablemente de aquella que trajo consigo la caída del telón cósmico sobre la existencia de la Cuarta Raza. El orgullo intelectual y la indiferencia por los valores morales y humanos son, hasta el momento, defectos obviamente propios de la consciencia de nuestro mundo actual. Consideremos por un momento el uso que el ser humano ha hecho de la energía atómica, descubrimiento éste el más precario en el campo de la energía cósmica. Si efectivamente hemos de creer en la Ley del Karma, la crítica urgencia de utilizar apropiadamente tan tremendo poder ahora a nuestra disposición resulta evidente. La lucha entre el bien y el mal continúa, y continuará hasta que cada ser humano logre la perfección. Sin embargo, de cada uno de estos períodos emerge un grupo de Almas que han logrado gran avance y que se han transformado en los líderes de la nueva raza que ya empieza a alborear, la Sexta Raza Raíz.

Es importante establecer en lo relativo a los aspectos de consciencia desarrollar por cada Raza Raíz, que éstos son invariablemente recapitulados, es decir, desarrollados nuevamente por cada nueva raza que sigue, solo que presumiblemente a un nivel más elevado que la anterior. De este modo, la Cuarta Raza desarrolló la mente analítica, vale decir, el intelecto, pero la quinta está en proceso de desarrollar intelecto a un grado aún mayor, lo mismo ocurriendo con todos los demás aspectos de consciencia que la humanidad debe desarrollar.

Libros en relación con Lemuria y Atlántida pueden obtenerse en librerías de ocultismo para aquellos que estén interesados en el origen de las muchas leyendas que rodean estos misteriosos continentes ya sumergidos. Quisiéramos recordarles sin embargo, la importancia de aprender a distinguir entre la fantasía y la realidad; ésta última incluye conceptos tal vez menos espectaculares pero más auténticos, tales como los enunciados por la Teosofía al respecto. En cuanto a la validez de historias confirmadas por medio de personas clarividentes, el estudiante deberá decidir por sí mismo acerca de su veracidad y exactitud. Es en estos casos donde la diferencia de carácter de las personas hace que para algunos tales historias resulten útiles e informativas y para otros constituyan solo fantasías absurdas. Recordemos que las palabras de Jesús resultaban claras en su significado exterior para los pescadores y pastores que le escuchaban, pero Él mismo instaba continuamente a sus discípulos para que las escucharan “con el oído interno” a objeto de captar su significado oculto. Tal actitud es en extremo importante en el estudio de la Teosofía. Cada cual debe escoger, de acuerdo a su propio temperamento, la literatura que le parezca más apropiada sobre el fascinante tema de los orígenes del ser humano y su desarrollo. Lo importante, sin embargo, es aprender a leer entre líneas, buscando el verdadero significado que muchas veces sub-yace en determinadas palabras o frases. Debe comprenderse que el verdadero ocultismo escasamente puede ser puesto en palabras, y que éstas están destinadas solamente a provocar ciertas reacciones que deben apelar más a la intuición del estudiante que a su intelecto.

Observando nuestra herencia divina con ojos de ocultista, nos resultará evidente la trascendencia del momento que vivimos en el proceso evolutivo de la actualidad. En las lecciones que siguen, estableceremos la verdadera dimensión de nuestro potencial y cómo debemos aplicarlo la medida que transitamos por este período de transición rumbo a una nueva era que marcará una mayor expansión de consciencia dentro del permanente avance que representa nuestro destino como Egos evolucionantes.

Bibliografía:
-Poblando la Tierra, por Geoffrey Barborka
-Cadenas y Rondas, por E.L. Gardner
-Historia de Atlántida y La Perdida Lemuria, por W.Scott-Elliot.
-Resumen de la Doctrina Secreta, por Elizabeth Preston y Cristmas Humphreys
-Atlántida, Mundo Antediluviano, por Ignatius Donnelly
-Preparaciones Ocultas para la Nueva Era, por Dane Rudhyar

Preguntas a responder:
1. ¿Por qué no existen restos geológicos de las dos primeras Razas Raíces?
2. Describa las características y el aspecto de los habitantes de Lemuria.
3. Describa las características y en especial el proceso evolutivo de los habitantes de Atlántida.
4. ¿Por qué es importante recordar que todos los miembros de la raza humana actual han pasado por todas las Razas
Raíces anteriores?
5. ¿Por qué es importante para los teósofos no hacer declaraciones definitivas ni generalizaciones acerca de las características humanas basadas en el color de la piel del individuo?
6. Comente acerca de la evolución humana basándose en
los conceptos enunciados en esta lección.
7. ¿En qué se diferencia la Teoría de la Evolución de Charles Darwin de los postulados ofrecidos por la Teosofía en este
campo?



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