"Curso Introductorio a la Teosofía" (13) Lección 8: El Doble Etéreo.

El Doble Etéreo (Cuerpo Vital)

Como hemos visto en las lecciones anteriores, el Ego espiritual precisa de varios vehículos para expresar consciencia individual y llevar así a cabo su proceso evolucionario. Entre éstos se encuentra el Doble Etéreo, también conocido como Cuerpo Vital, aunque conviene aclarar que el Doble Etéreo no es un “cuerpo” en el mismo sentido en que consideramos al Físico, al Astral o al Mental, debido a que no tiene vida independiente y como tal se desintegra rápidamente después de la muerte del cuerpo físico. Resulta entonces más apropiado considerarlo como una especie de batería que absorbe energía solar para dispensarla al organismo físico procurándole así su vitalidad; de ahí el nombre “Cuerpo Vital”.

Conviene consignar también, que la materia que compone el doble Etérico es considerada por la Teosofía como perteneciente al plano físico en lo que se denomina la Región Etérica, región que constituye la parte más sutil de la materia física y que la limitación de nuestros sentidos no nos permite percibir. Como hemos establecido anteriormente, cada uno de los siete tipos básicos de materia que componen los planos del universo está subdividido en siete subplanos. La constitución del 7º. Plano, el Físico y sus subplanos, es entonces la siguiente: (ver pdf
 http://www.estudiandoteosofia.net/Curso_Escrito/Leccion_8.pdf

Aparte de su función vitalizadora, el Doble Etéreo cumple otra función de extrema importancia: es el eslabón que comunica al cuerpo físico con los cuerpos Astral y Mental, haciendo de este modo posible la transmisión de emociones, deseos y pensamiento a nivel físico mediante el sistema nervioso y el cerebro respectivamente.

Estos éteres son en realidad cuatro tipos de gases sutiles, cada uno de los cuales cumple una función determinada, como explicaremos más adelante. Para el individuo normal, los éteres permanecen invisibles debido a que el alcance visual del ojo humano solamente comprende octavas de vibración que caen fuera de aquellas que la vista normal puede percibir. Este es también el caso de innumerables manifestaciones vibratorias tales como las ondas de radio y televisión, o los rayos X, que escapan a la visión normal pero cuya existencia y utilización nadie pone en duda. La existencia de la Región Etérica ha sido verificada por personas cuya capacidad de observación ha sido desarrollada más allá de lo normal mediante cierto tipo de entrenamiento que, intensificado, permite incluso la percepción de materia astral y materia mental, y es en base a tales observaciones que estas hipótesis son ofrecidas.

Se nos dice que el Doble Etéreo constituye además el “molde” en base al cual se construye el cuerpo físico del individuo, y que este proceso de construcción, que tiene lugar durante el embarazo de la futura madre, está determinado por cuatro Elevadísimas Inteligencias, en Teosofía conocidas como Los Señores del Karma quienes, mediante la agencia de ciertos Devas (ángeles) especializados, diseñan el doble etérico del individuo de acuerdo a su situación kármica. Si por ejemplo fuere del caso que la crueldad y el egoísmo han sido las características salientes en las vidas pasadas del sujeto, los Devas constructores no van a contar con material de primera clase para su trabajo, y el bebé pude nacer ciego o con otras aflicciones físicas, el Ego teniendo que funcionar durante esa encarnación en un cuerpo físico que limitará sus posibilidades de avance.

Por el contrario, si las vidas pasadas del individuo han sido caracterizadas por acciones nobles, esfuerzos intelectuales serios y amor desinteresado para con sus semejantes, la abundancia de buen material estará a disposición de los Devas, y el resultado será un bebé sano, fuerte e inteligente, vehículo físico de primer orden para el avance del Ego. Este es el método que la Naturaleza utiliza para asegurarse de que en cada una de nuestras vidas encontremos resultados en relación directa con lo que hemos realizado en vidas anteriores. El regulador de este proceso es la Ley del Karmatema que tratamos en la primera fase de este curso, y el objetivo de esta ley es simplemente el de asegurar nuestro avance en la escuela de la vida. Teniendo que sufrir la desventaja de un cuerpo físico impedido, el Ego aprende en el futuro a aceptar los dictados de la Ley Natural, ganado con ello una medida de sabiduría y desarrollo.

De lo anterior puede deducirse que el Doble Etéreo es una réplica a nivel molecular, del Cuerpo Físico denso, de ahí su nombre. Es la “plantilla” en base a la cual, los Devas construyen el cuerpo físico del individuo.

Observado de manera clarividente, el Doble Etéreo aparece como una forma de luz plateado/violácea que sobresale levemente del contorno del cuerpo físico, compenetrando este último a nivel atómico. Los átomos etéricos, que tienen forma de prismas, entran dentro de los átomos físicos, haciéndoles vibrar, es decir, confiriéndoles vitalidad. Desde el momento en que el doble etérico se retira del cuerpo físico, éste último queda inerte o parcialmente insensibilizado, como es dable observar a veces cuando un brazo se nos “duerme”, quedando sin sensación del todo. Ello ocurre debido a una momentánea separación entre el doble etérico y la parte física densa de aquella extremidad como consecuencia de una posición incómoda del cuerpo mantenida durante un tiempo prolongado. En tal caso, solemos frotar el área vigorosamente para recuperar la sensibilidad, y en cuestión de segundos experimentamos una sensación de pequeños alfilerazos a medida que ésta retorna: esta sensación es producida por los átomos etéricos al penetrar los átomos densos.

El poder de la anestesia utilizada en operaciones quirúrgicas tiene su origen en el hecho de que la estructura química de lo que se inyecta (o se le hace inhalar) al placiente obliga al doble etérico a retirarse del cuerpo, privándolo así de su sensibilidad. Sin este puente de comunicación entre el cuerpo astral y el sistema nervioso, el cuerpo físico queda inconsciente e incapacitado de sentir, y el cirujano puede proceder a usar el bisturí sin la preocupación de causar dolor alguno.

Se nos dice que durante el proceso de construcción fetal, solo parte de la materia de doble etérico es utilizada, el resto quedando como una reserva de átomos etéricos de los cuales el niño irá absorbiendo vitalidad a medida que su cuerpo vaya creciendo hasta alcanzar su máximo desarrollo. Ello es posible debido a que se nos dice que el Doble Etéreo de una criatura tiene el tamaño que su cuerpo físico deberá alcanzar cuando llegue a la edad adulta.

No es exageración afirmar que la supervivencia de nuestro cuerpo físico depende en gran medida de la vitalidad que le imparte el doble Etérico. La energía que anima el cuerpo físico tiene dos polos. El polo positivo proviene de la energía solar que, procesada por la atmósfera terrestre, se torna en lo que la antigua tradición esotérica oriental llama “prana”. El doble etérico tiene por misión la absorción de prana para dispensarlo al cuerpo físico a través de uno de los siete centros ocultos de energía que lo vitalizan y a los cuales se ha dado el nombre de “chakras”, (en sánscrito “ruedas”) debido a su aspecto de vórtices circulares y luminosos que giran. El prana entra al doble etérico por la contrapartida etérica del bazo, en donde se encuentra un chakra que lo especializa en siete tipos diferentes, seis de los cuales envía a los chakras restantes.

Sin embargo, este proceso de vitalización no podría tener lugar sin el aporte del polo negativo. Este está representado por la comida y bebida que el individuo ingiere, productos del planeta físico. (La Tierra posee polaridad negativa en distinción al Sol, de polaridad positiva). Es entonces la conjunción de ambos polos, negativo y positivo (es decir, prana y alimentos) lo que hace posible la vida del cuerpo físico, tanto del ser humano como de las demás especies.




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