Conocimiento de Si Mismo (61) Capítulo XX: Naturaleza de la Devoción - 3
Pasemos ahora al quinto aforismo citado, según el cual la naturaleza más íntima de la devoción es Amrita o néctar. Amrita en sánscrito es un símbolo de Inmortalidad o Vida Eterna. Así se supone que quien bebe Amrita siquiera una vez se hace inmortal, pasa más allá del dominio de la muerte. Como es obvio, no existe semejante elixir de vida. Simboliza claramente aquel estado de conciencia que está por encima de la manifestación y que al alcanzarlo queda uno libre de la ilusión del nacimiento y de la muerte, o sea que se convierte en un Jivanmukta. Una vez que ha alcanzado este estado, no necesita volver a encarnar, aunque puede hacerlo para ayudar a sus hermanos que todavía luchan en la región de nacimientos y muertes.
El temor a nacer y morir tiene sus raíces en la identificación de la conciencia con los vehículos. Una vez que un individuo se ha elevado a la región del Espíritu o Conciencia pura, y se da cuenta cabal de que él es pura Conciencia y es uno con la Conciencia Divina, queda destruida para siempre la ilusión que lo lleva a identificarse con los vehículos, y entonces no sólo no hay ya temor alguno a morir y nacer sino tampoco ninguna necesidad de encarnar en los mundos inferiores compulsoriamente. Esta es verdadera Liberación o Inmortalidad.
Ahora bien, este es el estado que se alcanza cuando la conciencia del devoto, penetrando en formas más y más intensas de éxtasis, se une finalmente con la Conciencia Divina y queda establecida en ella permanentemente. Desde luego, el mismo estado de conciencia puede alcanzarse por los senderos de Jnana o Raja Yoga.
Este fue el método que adoptaron nuestros sabios o Rishis para alcanzar la Inmortalidad. Compárese con algunos de los métodos que nosotros, su progenie ‘más lista’, adoptamos para obtener inmortalidad en estos días. Para que el nombre de nuestro cuerpo perdure, tratamos desesperadamente de asociarlo con alguna institución si somos suficientemente importantes, o si no con una avenida o una calle. No nos damos cuenta de que el nombre de la avenida puede durar por algún tiempo pero ¿quién lo asociará con nosotros cuando nos hayamos ido? Aunque nosotros mismos volviéramos en otra encarnación no sabríamos que la institución o la avenida lleven el nombre del cuerpo que usamos en una vida previa. Escribimos libros; tratamos de ocupar un sitio en la historia como líderes políticos; hacemos tantísimas cosas y a veces muy indeseables, bajo la cruel ilusión y la llana esperanza de inmortalizamos. No nos damos cuenta de que en todos esos casos es solamente un nombre o forma lo que puede durar a lo sumo por unos pocos siglos, y no nosotros mismos. La ola mayor del tiempo está avanzando incontenible, destruyendo no sólo los nombres de seres ahora famosos, sino todo lo que encuentra a su paso, incluso civilizaciones y globos, sistemas solares y universos.
¡Qué ilusión!
6) No la mueve el deseo personal egoísta, porque encuentra expresión en la inhibición de tales deseos. (7)
Este aforismo no se refiere evidentemente a las etapas inferiores de devoción o Bhakti, donde está mezclada con el deseo personal, sino a las etapas superiores donde se ha vuelto totalmente altruista y el devoto ama a Dios por amor a El únicamente. Indica que esta forma suprema de devoción no está motivada por el deseo egoísta personal, y la prueba de esto es que conduce a la eliminación de todos esos deseos. ¿Cuál es, entonces, su poder motriz? El Amor puro, que lleva a un fragmento de conciencia hacia el Todo del cual se separó, a fin de que los dos puedan volver a ser uno solo.
Ahora bien, una de las características más notables del amor es la de que nos libera de nuestros deseos y apegos ordinarios, fácil y naturalmente. Vemos esto en cierta medida hasta en las expresiones inferiores de amor. Cuando, por ejemplo, un hombre se enamora de una mujer, por el momento la felicidad y comodidad de su amada se convierten en su única preocupación, y así queda libre de la mayoría de sus deseos inferiores. Claro que estos deseos no quedan realmente eliminados; pero al menos no se expresan mientras dura el enamoramiento. Lo mismo sucede en el caso de una madre. Su amor por su hijo la hace completamente indiferente a su propia comodidad o intereses, y así se libera de muchos de los deseos inferiores que antes pueden haber dominado su mente.
¿Qué produce esta transformación, en el caso de una persona que se olvida de todos sus deseos cuando está enamorada? Para comprender esto tenemos que recordar que Ananda o felicidad es nuestra naturaleza esencial mas intima, y sin la cual no podemos vivir. Si no podemos encontrarla dentro de nosotros, tenemos que tratar de obtenerla de fuera a través de la satisfacción de deseos ordinarios. Cada vez que se satisface un deseo, la mente se tranquiliza por un breve intervalo, y a través de esta mente sosegada y armonizada se filtra un poco de Ananda que llevamos dentro. Esta es la causa de la satisfacción o placer o alegría temporal que sentimos al satisfacer el deseo. Pero esto no dura. La mente pierde pronto su equilibrio. Vuelve a surgir el deseo y nos hace buscar satisfacción en otras cosas; y así continuamos corriendo tras las cosas del mundo externo aunque la fuente de felicidad está dentro de nosotros.
Cuando estamos enamorados, entramos en contacto parcial y temporal con la fuente interna de Ananda, pues el amor y Ananda son inseparables como los dos lados de una moneda, Al entrar en contacto directo aunque parcial con la fuente de Ananda, nos sentimos en cierto grado independientes de los objetos externos que nos producen placer o alegría en otras ocasiones. Estamos parcialmente satisfechos y colmados por el momento aunque el objeto amado está fuera de nosotros. En el caso del amor ordinario, este estado de exaltación no dura mucho, y por tanto recaemos en la búsqueda de la felicidad en objetos y logros externos. Volvemos a perder nuestra auto-suficiencia. Pero cuando el verdadero Amor Divino nace dentro de nosotros y empieza a fluir firme y fuerte en nuestro corazón, quedamos establecidos permanentemente en la Fuente misma del Amor y Ananda y adquirimos Auto-suficiencia permanente y plena. La fuente de gloria y gozo brota eternamente de nuestro corazón y no necesitamos nada del mundo externo, aunque estemos trabajando en él para ayudar a nuestros hermanos y proseguir en la tarea del Logos que se nos ha confiado. Nos volvemos como el Logos mismo que está en este mundo y trabaja en él pero no depende de él. El es el mismísimo Océano de Amor y Ananda de donde todos den vamos nuestro Ananda.
El enlace al libro, por si prefieres leerlo a tu ritmo:
Comentarios
Publicar un comentario